Deportivo Táchira y Deportivo Petare fueron los protagonistas del cierre del Torneo Apertura 2010. En un partido complicado en un Estadio Olímpico donde la fanaticada aurinegra se volcó haciendo sentir a los suyos como locales, los de Pinto y Saragó brindaron ganas a pesar del pésimo estado del terreno de juego.
Por muchos pasajes el Deportivo Petare fue más que el Aurinegro, pero la veteranía, casta y camiseta del Táchira generó oportunidades para irse arriba que se encontraban con un Alan Libeskind crecido y concentrado bajo los palos.
El primer tiempo fue de dominio alterno, con Táchira presionando la salida de Petare y forzando a este a lanzar balones largos a Sinisterra y Arévalo que muy bien marcados no les dejaban darse la vuelta para encarar.
Fue Morales, con un disparo de larga distancia, tomando a Sanhouse adelantado, el que diera el gran susto de la tarde al estrellar un gran disparo en el horizontal. Manuel Sanhouse se estiró cuanto pudo en el salto, pero nunca le pudo llegar.
El disparo animó un juego que lucía trabado, por momentos brusco pero sin mala intención de ambos rivales. Así terminó la primera mitad, con un Táchira empujado por unos 5 a 6 mil fanáticos aproximadamente que no paraban sus cánticos sobreponiendo el volumen a los de la barra local que apenas está en formación.
El segundo tiempo trajo más emociones y jugadas en los arcos, el Petare se creció y empezó a llegar con mucho peligro inquietando el arco aurinegro, pero se consiguieron con ese muro que fue Manuel Sanhouse. Las respuestas tachirenses eran contragolpes también muy peligrosos que cuando lograban superar a los Villarroel, Maidana, Sánchez y Macintosh se encontraban con el portero Libeskind que también lo sacó todo.Partido trabado a veces, en un terreno golpeado por el uso y abuso (donde se juega rugby entre otras sutilezas durante la semana), muy fatigado por las lluvias caídas en Caracas durante las últimas semanas, que impedía que la pelota rodara de forma decente o que al menos rebotara de forma regular.
En ese rigor los minutos se fueron consumiendo y el desespero en el Petare se hacía cada vez más patente. Del Brígido llegaban las buenas noticias y Táchira se dedicó a administrar el tiempo, tratando de retener el balón y haciendo desesperar a algunos jugadores como Evelio Hernández que en una brusca entrada a Yéguez terminó recibiendo la roja directa dejando a su equipo con 10.
Pero tal vez lo más polémico del partido, aparte de la violencia y los destrozos de las celebraciones, fue la mano clara, clarísima, que no pitó José Argote dentro del área tachirense. Un penalti que lo vio todo el estadio, jugadores, televidentes pero que el principal del partido, que hizo un decente primer tiempo, dejó mucho de su criterio olvidado en el vestuario durante el intermedio.
Al final el empate fue redondo para el Táchira porque Real Esppor no pudo golear y se proclamó campeón en un lugar especial, gozaron de esas revanchas que siempre da el fútbol, dando la vuelta olímpica en el Estadio Olímpico, sede también de su acérrimo rival.
Aunque Táchira y Esppor terminarían con la misma cantidad de puntos (36), por la mejor diferencia de goles del aurinegro, la Copa Movilnet se irá a San Cristóbal y con ella el cupo directo a Copa Libertadores 2012.
Jorge Luis Pinto, el técnico nacido en Colombia, con este triunfo se corona en un cuarto territorio, logrando títulos anteriormente en su país, Costa Rica y Ecuador.
La fiesta es aurinegra, San Cristóbal celebra
El Dato: Jorge Luis Pinto campeón en su primera temporada en Venezuela y con ello logra título en 4 países de América
Lo mejor: La entrega del Petare y la fe hasta el último minuto
El llamado de atención: La seguridad se quedó corta y los violentos de siempre, aunque pocos, hicieron de las suyas a sus anchas. El Petare podría recibir multas.
Lo malo: José Argote y su inconsistente pito
Lo peor: el robo de trapos del Petare, el robo de las redes de los arcos, la quema de una valla publicitaria, la destrucción de otras y la violencia de algunos fanáticos aurinegros contra jugadores y fanáticos petareños al final del partido.
Por muchos pasajes el Deportivo Petare fue más que el Aurinegro, pero la veteranía, casta y camiseta del Táchira generó oportunidades para irse arriba que se encontraban con un Alan Libeskind crecido y concentrado bajo los palos.
El primer tiempo fue de dominio alterno, con Táchira presionando la salida de Petare y forzando a este a lanzar balones largos a Sinisterra y Arévalo que muy bien marcados no les dejaban darse la vuelta para encarar.
Fue Morales, con un disparo de larga distancia, tomando a Sanhouse adelantado, el que diera el gran susto de la tarde al estrellar un gran disparo en el horizontal. Manuel Sanhouse se estiró cuanto pudo en el salto, pero nunca le pudo llegar.
El disparo animó un juego que lucía trabado, por momentos brusco pero sin mala intención de ambos rivales. Así terminó la primera mitad, con un Táchira empujado por unos 5 a 6 mil fanáticos aproximadamente que no paraban sus cánticos sobreponiendo el volumen a los de la barra local que apenas está en formación.
El segundo tiempo trajo más emociones y jugadas en los arcos, el Petare se creció y empezó a llegar con mucho peligro inquietando el arco aurinegro, pero se consiguieron con ese muro que fue Manuel Sanhouse. Las respuestas tachirenses eran contragolpes también muy peligrosos que cuando lograban superar a los Villarroel, Maidana, Sánchez y Macintosh se encontraban con el portero Libeskind que también lo sacó todo.Partido trabado a veces, en un terreno golpeado por el uso y abuso (donde se juega rugby entre otras sutilezas durante la semana), muy fatigado por las lluvias caídas en Caracas durante las últimas semanas, que impedía que la pelota rodara de forma decente o que al menos rebotara de forma regular.
En ese rigor los minutos se fueron consumiendo y el desespero en el Petare se hacía cada vez más patente. Del Brígido llegaban las buenas noticias y Táchira se dedicó a administrar el tiempo, tratando de retener el balón y haciendo desesperar a algunos jugadores como Evelio Hernández que en una brusca entrada a Yéguez terminó recibiendo la roja directa dejando a su equipo con 10.
Pero tal vez lo más polémico del partido, aparte de la violencia y los destrozos de las celebraciones, fue la mano clara, clarísima, que no pitó José Argote dentro del área tachirense. Un penalti que lo vio todo el estadio, jugadores, televidentes pero que el principal del partido, que hizo un decente primer tiempo, dejó mucho de su criterio olvidado en el vestuario durante el intermedio.
Al final el empate fue redondo para el Táchira porque Real Esppor no pudo golear y se proclamó campeón en un lugar especial, gozaron de esas revanchas que siempre da el fútbol, dando la vuelta olímpica en el Estadio Olímpico, sede también de su acérrimo rival.
Aunque Táchira y Esppor terminarían con la misma cantidad de puntos (36), por la mejor diferencia de goles del aurinegro, la Copa Movilnet se irá a San Cristóbal y con ella el cupo directo a Copa Libertadores 2012.
Jorge Luis Pinto, el técnico nacido en Colombia, con este triunfo se corona en un cuarto territorio, logrando títulos anteriormente en su país, Costa Rica y Ecuador.
La fiesta es aurinegra, San Cristóbal celebra
El Dato: Jorge Luis Pinto campeón en su primera temporada en Venezuela y con ello logra título en 4 países de América
Lo mejor: La entrega del Petare y la fe hasta el último minuto
El llamado de atención: La seguridad se quedó corta y los violentos de siempre, aunque pocos, hicieron de las suyas a sus anchas. El Petare podría recibir multas.
Lo malo: José Argote y su inconsistente pito
Lo peor: el robo de trapos del Petare, el robo de las redes de los arcos, la quema de una valla publicitaria, la destrucción de otras y la violencia de algunos fanáticos aurinegros contra jugadores y fanáticos petareños al final del partido.
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